Primeros sencillos pasos con Feng Shui en la casa

Antes que nada, si no sabes qué es Feng Shui te recomiendo que busques en Google y YouTube para que entiendas mejor, yo voy a compartir cosas prácticas, principalmente (porque lo estoy aplicando en mi vida), aunque defina ciertas cosas para poder entender lo que se está haciendo. Te pondré la sencilla descripción que tiene Google (más o menos) para no copiar y le añado un poquito de mi explicación: 

"Es la técnica que sirve para encontrar el equilibrio en la energía vital de una persona a través de su casa, con la distribución, decoración y orientación de los espacios que hay en la misma, esos en los que se realizan las actividades del día a día, los que son para el descanso, para trabajar, la cocina, etc.". Ahí está incluido lo más básico como el orden, la limpieza y el "soltar" cosas (dejar de acumular, sobre todo, sin sentido). Empezar a tirar o regalar todo lo que no se utiliza, lo que no gusta, lo que no tiene ninguna función y estorba... Todo aquello que obstaculiza el movimiento de la energía en la casa, tal que, guardar un montón de cosas desordenadas en un armario para que no se vean no es válido aquí ya que no importa que se vea  o no, sino el espacio que ocupa y cómo lo ocupa (energía en movimiento o estancada). La sensación que se tiene y para qué se tiene... 

Hay mucho que conocer de Feng Shui, puede ser tan complejo y extenso como tú desees comprender el movimiento de la energía y cómo utilizarla a tu favor con tu casa pero hay pasos sencillos que ya sirven de ayuda para ir iniciando cambios. Voy a dejarme inspirar por mi propia experiencia y los comentarios sobre situaciones de quienes viven su día a día estresado, con mucho que hacer y cosas que superar o solucionar pero no tienen tiempo, tampoco ganas o no saben por donde empezar. 

Un primer pasito

Cuando se habla de orden y de la importancia que tiene en Feng Shui porque orden en la casa implica el fluir de la energía, orden en la mente y en la vida , no se trata de que todo el día o todo el tiempo una casa tenga que estar ordenada. Todos sabemos que hay que desordenar en el sentido de que hay que coger, sacar, utilizar, jugar, mover... y, para ello, expreso una frase (más o menos...) que decía una persona que formó parte de mi vida pero que ya no está con nosotros "cuando en una casa con niños no ves juguetes (por medio) no hay niños felices". Esta era una forma (aproximada) de decir que los niños necesitan jugar, expandirse, experimentar, moverse... y, para eso, hay que dejarles. El aprendizaje está más bien en los límites que se les ponga y la hora de recoger lo que han sacado. 

Hay que dejar de juzgarse cuando no se consigue, por el motivo que sea y ya llegarán las soluciones que mejor le venga a cada uno, poco  a poco y con mucha paciencia y tolerancia ya que esto puede generar más estrés o agobio y uno se desanima tan sólo de pensarlo.

Entendamos esto entonces. Se trata de que, en la manera de lo posible, uno va a saber dónde tiene algo, dónde lo ha guardado, cómo está o en qué estado (nada de cosas rotas y estropeadas, en lo posible - no se va a tirar la lavadora si ésta está ya regular porque es algo necesario, ya se comprará otra en cuanto se pueda) y si se siente como un estorbo, algo molesto que se desea quitar, cambiar, tirar pero no se hace (apego o el "por si acaso...") o si está en el lugar que uno desea, si gusta realmente...

Me dirijo en particular: Imagina que cada cosa que pones y haces en tu casa tiene que ver con lo que permites y haces con tu vida, contigo mismo. Si tu cajón más privado está feo, no te gusta, no es la mejor versión de tu gusto, ese simple detalle ya está hablando de tu sentir. Cámbialo, mueve de posición las cosas o la forma de ordenarlo. Busca la manera de tenerlo todo lo más recogido, organizado y limpio. Ten claro dónde tienes cada cosa. La propia ropa interior, por más tonto que parezca, ya tiene su simbología según cómo la tienes colocada, dónde y en qué estado (orden por colores, por mas o menos comodidad, etc.). Empieza por lo que te pertenece sólo a ti, de lo que sólo tú eres dueño/a (utilizo el genérico) y no te agobies con el resto de la casa que pertenece a todos y cada uno es de una forma y gustos diversos... Después hay consideraciones a tener en cuenta como ¿Quién manda en un espacio determinado y hay que obedecer?

Pero..., una aclaración muy importante: Si generas discusiones y polémicas, generas mal Feng Shui (además, ¿sabías que hay casas que, por ejemplo, por la distribución o zona donde está la cocina facilita eso?). Cuando se trata de los demás hay que ir esperando los momentos oportunos, paciencia, tolerancia y ya llegará la oportunidad. En general, cuando te comportas o actúas de una manera determinada y la sostienes en el tiempo, la transformación se va contagiando y eso estará a tu favor. Es como que veían que actuabas de una forma y ahora ven que estás actuando de otra y lo mantienes, has cambiado algo en ti

¿Esfuerzo y sacrificio? Nooo 

Recuerda esto siempre, tu cuerpo está antes que tu casa, si este no puede, tienes que descansar y darle todo lo que necesita, es cuestión de prioridades. Si hay asuntos que atender antes, pues eso es lo que hay. Yo lo tuve que aprender con la enfermedad y ahora empiezo a ver esto de otra forma, desde un "estoy agusto con lo que hago, ahora sé hacer mejor las cosas, por qué y para qué lo hago", otras perspectivas con mejores intenciones o, al menos, más sanas y no por condicionamientos de la educación y lo social, además de sobre exigencias a uno mismo. 

¿Confianza, paciencia y tolerancia? Siiii. 

Utilizar la casa para ayudarte y no para perjudicarte pero teniendo en cuenta todo lo que te esté sucediendo. Comprender los límites y las prioridades, eso es imprescindible. Hacer todo esto forzado no es hacer buen Feng Shui porque el primer aspecto es uno mismo y, para entender esto mejor, en Feng Shui se dice que tenemos tres suertes y cada una tiene un 33 % del total: la suerte del cielo, del hombre y de la tierra. ¿Cuál crees que es la de tu casa? Si lo has pillado ya lo sabrás.

Se trata de ir viendo detalles poco a poco, tomar conciencia de cómo se ve uno a través de cómo ve su casa. Sus departamentos, su forma de organizar o desorganizar. No saber dónde poner las cosas (quizás no sepa dónde situarse en la vida y se traduciría según la zona de la casa en la que le suceda eso o si es en toda la casa...). Qué se puede cambiar y qué no. Qué cuesta más o a lo que no se presta atención. Olvidarse, primero, de que los demás hagan lo suyo, eso llegará si empiezas bien tus cartas. Comienza por mover las que tienes tú, tus zonas, tus apartados, tus momentos...

Date momentos para todo, relajarte, despejarte y, por qué no, ordenarte, verás qué bien sienta.

Paz Morgam